sábado, 7 de noviembre de 2009

la noche me persigue!



Esta noche negra la tengo entre las manos.
Mi hombre deja de ser mi hombre, para que yo ya no pertenezca.
Diluyo todo entre mis piernas para así poder escapar tranquila con el miedo.
Verdaderamente no miro, es que he cerrado todas las puertas y no he franqueado ningún juicio.


La niebla es mas espesa cuando la contengo en mi violencia.
Quiero saber donde se van juntando los pellejos muertos.
Pellejos Secos que voy dejando en la vereda, en las noches disidentes


Para poder comunicarme de día. Aprendí a lavar las palabras, plancharlas y colgarlas.
Por eso que de noche pierdo el habla. Y mi lengua sirve para lo único que fue creada.
Mi noche sin pausa, sin cautela. En ella deja de atarme lo irrenunciable.

La noche no puedo diferenciar el fruto de la manzana,

Solo se que siempre cae En la vereda transitada.

Disparándome en cada sombra que produce la luna.

Los balcones me quedan mejor. Lejos de la tierra más cerca de dios.

El olvido te constituye y se toma la conciencia que me cobija todo el día.