martes, 24 de noviembre de 2009

la mujer de hojalata!


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El otro día sin saber que hacíamos, llegamos a concluir que nuestra conclusión no tiene firma.
Rogamos por que alguien nos haga volver a creer en dios. Cuando perdimos la fe?
soy una mujer grande sin corazón, lo perdí, por empeñarlo en un bingo de una población. Y aun no lo rescato porque se lo comieron los perros vagos con hambre. me acompaña la mujer de hojalata. Que poco a poco fue destruyendo toda moral indigna. y la indignidad se volvió nuestro confidente nocturno. Sobrevivimos de los sesos baratos que nutren de deporte las noches de vagancia. Destruimos por el hecho de estar infectadas, como un cactus que sigue teniendo agua aunque este muriendo por las bacterias medioambientales. Nos excusamos locas por cordura. así es mas fácil equilibrar nuestro propio existimo sin futuro en estos burdeles llenos de cartones. no tenemos fin porque no sabemos de principios. Los paradigmas no alcanzan a cobijarnos debajo de su gran paraguas verde. Los doctores dicen que solo basta con optimismo, pero ya ni en eso creemos. Las conjeturas nos ayudan solo a reír. Pero no hay más restos que los de los papeles verdes que se consumen en nuestra solitaria amortiguación de la constante autodestrucción. No sabemos del amor. Pero el sexo lo amamos. No sabemos de sobriedad. Pero el alcohol Nos ayuda a ver con claridad. Estamos tan perdidas, y es que ya encontramos el camino pero nadie nos deja ir hasta allá, con camisas de fuerza blanca y de lino fino nos quieren enseñar griego y una que otra cosa entre mezcla de griego-romano, latino-guachaca, sudaca-creyente. Seremos tontas entonces, porque no comprendo de filosofía. Todo es una gran pregunta sin respuesta. y las respuestas que existen son bufones colgados en banderas. Hasta quieren industruilizar lo diferente. ya no encontramos lugar, no encontramos sitio. Vendimos nuestra alma, o talvez nacimos con el alma comprada, como sea. Pedimos un tiempo mas, tampoco encontramos. el no encontrar, nos dejo tomando vino en las veredas. es el destino mas afable. de esta larga y sigilosa canción somos los rincones insípidos. el pesimismo no fue lo primero. antes estuvo lleno de experiencias, las ideas me violaron, me dejaron con hijos sin apellidos. Ahora nuestra cuidad esta llena de huachos mal criados. no tenemos la herencia de maternidad. Somos mujeres con moral sexual indeterminada. Juzgadas por no usar tacones, ni proclamar virginidad transgenica. El "no me importa" se escucha una y otra vez en nuestros delirantes ecos. Somos gitanas, reinas del carnaval, juzgadas por nuestras congéneres, amadas por los hombres, pero en una fugaz ilusión, tangente del tiempo real. Hasta perdí la coherencia de estas líneas. la vida tiene ganas de vivirse. Menos mal que esta la mujer de hojalata para no sentir que el sin corazón no vale la pena.



3 comentarios:

an dijo...

a vecs pienso que solo quieres refuigiarte en eso..porque como has dicho bien las mujeres de hojalata cantan siempre la misma cancion del "no me importa" y tampoco quiero que te importe detrás de todo ese carnaval hay algo realmente esencial..esta constituido de nada y de todo.... no lo se.. yo aun no lo descubro ,pero se que esta...

Nicolle Barrios dijo...

es que ya encontramos el camino pero nadie nos deja ir hasta allá.

an dijo...

" habia un hombre que estaba muy desesperado , lloraba y angustiado porque no podia encontrar la llave de la puerta, pas aun hombre y le pregunta por que lloras, el otro response, y este dice " al menos tu tienes una puerta que abrir otros ni siquiera la tienen"....

se me quedo tan grabao eso de un libro que lei hace poco( el yogui) y es verdad...