Todo se manifestaba en la antesala,
La tensión perpetuaba las ganas
Desmembrando todo deseo.
Desgarrándose el castigo cielo
Por piedad gritaba en silencio
Mientras el otro ofrendaba sus besos.
Yo rectificándome a la luna
Le pedí que fueras tú.
El de la sorpresa. Nunca fue tu luz
Me dejaste bailando sola,
Con tu instinto vengador,
Con esa dignidad mal oliente
Que se esconde bajo una cruz
Los designios de la inconciencia indolente
Hirvieron todos los segundos.
Se evaporaron todos los recuerdos.
Y en ti la espina crecía y crecía.
Rasguñándome la dignidad que mortifica
La moral ensangrentada
Me olvide como se habla y de las palabras
Cada vez que pasaste a mi lado.
Y sin mirarme no tuviste cuidado
Te vi pasar sin tocar
Mientras en el rincón de mi memoria estabas tú.
Bailándome y gritando te vi pasar
Mientras en el otro rincón estaba el otro queriéndolo
Deseando con el instinto
Ese que reprimiste y evocaste en la otra al pasar
Llegaste sin avisar
Pasado el tiempo llegaste con tus manos y tus huesos
Con ímpetu en tu cuerpo
Llévate mis dolores.
Llévate mis desamores.
A ti al otro le hablo yo
Ofréndame un beso y una canción
Porque el hombre sencillo me dejo
Se ha complejizado
Para flagelar toda la memoria corporal.
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