domingo, 18 de octubre de 2009

una pequeña ofrenda!



Todo se manifestaba en la antesala,

La tensión perpetuaba las ganas

Desmembrando todo deseo.

Desgarrándose el castigo cielo

Por piedad gritaba en silencio

Mientras el otro ofrendaba sus besos.

Yo rectificándome a la luna

Le pedí que fueras tú.

El de la sorpresa. Nunca fue tu luz

Me dejaste bailando sola,

Con tu instinto vengador,

Con esa dignidad mal oliente

Que se esconde bajo una cruz

Los designios de la inconciencia indolente

Hirvieron todos los segundos.

Se evaporaron todos los recuerdos.

Y en ti la espina crecía y crecía.

Rasguñándome la dignidad que mortifica

La moral ensangrentada

Me olvide como se habla y de las palabras

Cada vez que pasaste a mi lado.

Y sin mirarme no tuviste cuidado

Te vi pasar sin tocar

Mientras en el rincón de mi memoria estabas tú.

Bailándome y gritando te vi pasar

Mientras en el otro rincón estaba el otro queriéndolo

Deseando con el instinto

Ese que reprimiste y evocaste en la otra al pasar

Llegaste sin avisar

Pasado el tiempo llegaste con tus manos y tus huesos

Con ímpetu en tu cuerpo

Llévate mis dolores.

Llévate mis desamores.

A ti al otro le hablo yo

Ofréndame un beso y una canción

Porque el hombre sencillo me dejo

Se ha complejizado

Para flagelar toda la memoria corporal.





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