martes, 11 de septiembre de 2007


El primer 11 de setiembre fue el de 1973 en Chile. Entonces se aniquilaba el proyecto socialista que llegaba al poder por la vía pacífica. Salvador Allende, presidente electo por la Unidad Popular, fue derrocado violentamente ese día por las hordas de Augusto Pinochet y prefirió suicidarse antes que entregarse vencido. Se iniciaba una brutal dictadura de 17 años y así se iba completando el mapa autoritario de América latina. La dictadura asesinó a más de tres mil chilenos, gobernó con el terror en una mano y la ortodoxia económica de la Universidad de Chicago en la otra. Mientras exhibía orgullosa los números del crecimiento macroeconómico nunca supo qué hacer con la multiplicación de los pobres. En los 80 y 90, las políticas del Consenso de Washington se aplicaron en los laboratorios latinoamericanos, generando niveles exorbitantes de pobreza, vulnerabilidad y exclusión y ampliando la brecha entre ricos y pobres. Chile no fue la excepción. En los últimos años el "milagro chileno" comenzó a mostrar su verdadera cara. La pobreza en todas sus formas creció y los derechos a la salud, educación y seguridad social quedaron comprometidos.El segundo 11 de septiembre fue en 2001 y sacudió al mundo entero cuando el símbolo del capitalismo norteamericano se desplomaba. El World Trade Center, atacado por aviones comerciales conducidos por fundamentalistas islámicos, se convertía en escombros y cenizas. Fue el mayor atentado terrorista de la historia y el mayor golpe simbólico que recibía el capitalismo norteamericano. Sin embargo, escribieron Ana Esther Ceceña y Emir Sader, "la población (de EE.UU.) perdió pero la hegemonía se sostiene. Aun en un clima general recesivo EE.UU. mantiene altas tasas de ganancias, una gran capacidad de control de todos los organismos internacionales entre los que destacan la OMC y la OTAN". Dos 11 de setiembre con 28 años de diferencia presentan derrumbes paralelos pero diferentes. El de 1973 fue el del fin del sueño del camino al socialismo por la vía democrática y el comienzo de la hegemonía norteamericana en el continente. Los atentados de 2001 iniciaron la era del hiperunilateralismo norteamericano. Con su poder militar, tecnológico y económico EE.UU. ratificó su conducta imperial y utilizó los escenarios de Afganistán e Irak para convalidar su presencia geopolítica y advertir al mundo de su poderío.Treinta años después del golpe, Pinochet no puede comprender cómo otro socialista, Ricardo Lagos, gobierna desde el Palacio de la Moneda.

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